¿APOLOGÍA DEL SUFRIMIENTO?

sufrimiento“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios” 2 Corintios 1: 3-4.

El sufrimiento, ¡qué asunto tan interesante! Envuelto por tantas opiniones; todos tenemos algo y hasta mucho que decir sobre este asunto y es que todos sufrimos. Es tan “trending topic” que aún hoy es el recurso del cual los políticos siguen echando mano para desarrollar sus campañas, sufren los ricos por los pobres que están allí para menguar sus riquezas, sufren los pobres porque los ricos les maltratan, sufre la madre con el hijo, sufre el hijo con los padres, sufren por amor, por desamor, por enfermedad, por soledad, por hambre, por maltratos, por jefes injustos, por malos trabajadores, todos sufrimos, en mayor o menor medida.

Pero hay un sufrimiento con enseñanzas que no traspasan el límite del sol, para aquellos que no creen en Dios o en nada después de la muerte; y luego existe un sufrimiento con efectos eternos, más allá del sol, refiriéndome al cuerpo de Cristo. Quien sufre sin Dios, posiblemente se resiente o busque venganza (esta afirmación la hago desde un punto de vista generalizado). Pero para un cristiano el sufrimiento tiene propósito, o debe tenerlo.

Propósitos del sufrimiento.

Para el apóstol Pablo en 2 de Corintios 1, el sufrimiento tiene como propósito saber consolar de la forma en que hemos sido consolados por nuestro Padre y Dios, durante nuestras pruebas; Pablo describió a los creyentes cuán sufridos estuvieron en Asia, al punto tal de perder las esperanzas de salir con vida, pero el sufrimiento no fue para muerte porque un poco más adelante explica que todo esto le enseñó a confiar más en Dios y menos en él mismo, y esta es la consolación que Pablo podía darles y lo leemos en 2 de Corintios 12, donde Dios le dice que le baste su gracia, pues Su poder se perfecciona en la debilidad humana.

¿Es esto, Apología del sufrimiento? Es que, aunque luce paradójico, qué alegría para Pablo sufrir por causa de Cristo, descubrir su debilidad y ver a Dios glorificarse en ella, para luego poder consolar a los hermanos en todo el mundo que estuvieron y aún hoy están sufriendo por causa de Cristo. Qué apóstol tan sufrido, alguien podría decir: “si así ama Dios, mejor que no me ame”. Pablo llegó a decir:»en todo y por todo estoy enseñado… todo lo puedo en Cristo que me fortalece» Filipenses 4:12-13. Es que la obra que Dios comenzó en cada uno de nosotros la perfeccionará. Este sufrimiento expresado por Pablo surge a causa del evangelio. Pero, y qué sucede cuando el sufrimiento tiene otras causas o cuando ni siquiera podemos tener pistas del motivo.

¿Cómo un Dios de amor puede permitir el sufrimiento en aquellos que ama?

¿Cómo un Dios de amor puede permitir el sufrimiento en aquellos que ama? Para mi esta pregunta ya hoy no tiene el mismo sentido, sin embargo hace muchos años atrás me la llegué a hacer, en momentos de sufrimiento o al mirar el sufrimiento a mi alrededor, finalmente he podido concluir que quizás no alcancemos a entender las razones específicas del mismo, pero sí que debemos confiar en nuestro Dios soberano. El caso que más me sorprendió de la biblia fue el de Job, él y sus amigos en vano intentaban dar explicación a tanto sufrimiento, al final Job descansa en la esperanza de ser redimido por Dios.

El sufrimiento como escuela.

Un caso distinto es el de José, desde muy joven Dios le dio sueños con pequeñas muestras del propósito que tenía para su vida, aunque ni el mismo José los entendía al principio, menos podrían entenderlo sus hermanos, por medio de quienes le sobrevino las más duras pruebas iniciales. Fue vendido como esclavo a Potifar, oficial de Faraón, aprendió a servir, administrar todos los bienes de Potifar, pero fue falsamente acusado y echado a prisión, al salir de la cárcel llega a ser segundo. después solo de Faraón y en Génesis 50:20-21, José pronuncia este discurso frente a sus hermanos: “Vosotros pensasteis mal contra mí, más Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. Ahora pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos”.

El sufrimiento de José fue su escuela, el proceso mediante el que Dios le preparó para sustentar las naciones y glorificar su nombre, dejando en José un hombre lleno de misericordia y no de rencor, José perdonó a aquellos que tanto mal le hicieran en su momento.

Un “Aprobado” en sufrimiento.

El sufrimiento que Dios permite para sus propósitos, no te amargará al final, te hará crecer, te mejorará siempre. Y es que, “a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es a los que conforme a sus propósitos son llamados” Romanos 8:28. Ya sea sufrimiento, tentación e incluso pecado Dios obrará en nuestro beneficio temporal y lo más importante, eterno: “Más el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca”. 1 Pedro 5:10.

Dios conoce en carne propia el sufrimiento.

Jesucristo, fue y es quien mejor ha conocido el sufrimiento, todo lo sufrió en carne propia (1 Pedro 2), el hijo de Dios, Jesucristo, quien  contiene en sí mismo la plenitud.de la divinidad de Dios, Cristo nos dejó su ejemplo para seguir sus pisadas, y nos dice: “en el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo” Juan 16:33. Dios conoció el sufrimiento en carne propia, para ser nuestro consuelo y más que consuelo la mayor recompensa al final de las peores y más tristes tragedias que podamos vivir. Cristo es nuestra esperanza al final del camino finito de nuestra vida en esta tierra, no es en vano nuestro sufrimiento, hay un propósito. El pensar siquiera que cualquier cosa que nos pase en esta tierra es sin razón alguna, nos llena de tristeza y sentimientos de desamparo, frustración, o impotencia.

¿El sufrimiento me salva?

No, no podemos hacer apología del sufrimiento como medio para llegar a Dios, u obtener salvación; pero entendemos el sufrimiento como parte de nuestras vidas cristianas, como una formación que da fruto de consolación y crecimiento, que nos lleva a dejar de confiar en nuestras fuerzas humanas.y a abandonarnos en las manos del único que nos puede consolar y da esperanzas de que lo que ahora padecemos no se compara con el la gloria venidera (Romanos 8:18).

El producto de mi sufrimiento, testimonio de salvación.

¿De qué si puedo hacer apología? como muestra y testimonio de la salvación que he recibido queda el producto final de mi sufrimiento, el saber consolar y confiar en Dios. En Dios entendemos que el sufrimiento no es un medio para recibir recompensas a cambio de lo sufrido, entendemos que a través del dolor somos fortalecidos al reconocer nuestra debilidad, abandonarnos en los brazos amorosos de nuestro Padre, quien nos dará el justo consuelo, para que aprendamos a consolar en situaciones similares.

No se trata de ser empáticos solamente (reconociendo la “empatía” como un término relativamente nuevo y no bíblico), se trata de ser misericordiosos, de sufrir con el que sufre, porque hemos sufrido,.no juzgando la manera en que cada uno aprende dentro de su propio sufrimiento, es acompañar y entender que cada uno es distinto y maneja las situaciones de forma distinta y en tiempos distintos; es compadecerse del hermano, no hacer comparaciones de quién lo lleva mejor.

El sufrimiento es necesario.

El sufrimiento es necesario; ¡si! Cómo podría entonces tener misericordia y compadecerme del que no tiene un techo, si nunca he vivido algún tipo de falta económica o austeridad. Me resultará inmensamente difícil entender el dolor físico, si nunca lo he vivido, me parecerá debilidad y dependiente el comportamiento de alguien que busca ser amado y acompañado, si nunca me he quedado solo o he sufrido el desprecio hasta de mis padres. Podría ser incapaz de orar por el que sufre hambre y desnudez, si siempre lo he tenido todo y nunca he vivido necesidad; me parecerá fastidioso y hasta exagerado cómo percibe el mundo el que sufre. Si, el sufrimiento es necesario para sensibilizar, para aprender a consolar, para aprender humildad, pues no se trata de mis fuerzas, sino de confiar en quien da la fuerza.

Del modo que no es correcto decirle a un niño:”no llores” cuando se ha o le han hecho daño, tampoco lo es decirle al resto de las personas no vivas tu sufrimiento de tal o cual manera. Consolar es aliviar, consolar es ayudar, es disminuir una pena o una carga, saber consolar es haber aprendido de nuestras propias penas, el amor y el. acompañamiento; es ser más como nuestro Padre quien nos consuela en nuestras debilidades, es correr la carrera de la fe ayudando a llevar cargas que no están en nuestro cuerpo, pero las sentimos nuestras. Gocémonos con los que se gozan, pero no olvidemos llorar con los que lloran.

“De modo que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien” 1 Pedro 4:19.

Consolados para consolar. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios” 2 Corintios 1: 3-4.

4 Comentarios

  1. Bengi

    Totalmente cierto, es en medio del dolor donde aprendemos a encontrar paz en Dios, y en ese dolor muchas veces nos recuerda que él es quien nos sostiene en cada paso del camino. Muchas veces no es fácil, pero en esos momento aprendemos a ver como Dios tiene su mano sobre nosotros.

    Estaba pensando que muchas veces, cuando leemos el salmo 23, nos imaginamos solos en medio del valle de sombra de muerte, hasta que llegamos a ese momento del salmo en el que nos dice «no temeré porque tu estarás conmigo». Es en los malos momentos donde nos damos cuenta de que Dios va al frente de nosotros.

    ¡Gracias por compartirlo!

    Responder
  2. Andres

    Es en el dolor cuando nos reconocemos humildes y nuestro EGO se desarma. Acaso un padre o madre q se precie de educar sin un correctivo o un NO a un hijo aunque sea el Ser terrenal más amado por nosotros. ?Dios Padre sabe por qué hace las cosas . Somos impacientes y pretendemos comprender las cuestiones espirituales al instante..gracias por compartir

    Responder
  3. Guillermina

    Gracias por compartirlo, Él es el único que nos da la verdadera paz!
    Gracias Bengi, por el resumen 🙏❤️

    Responder
  4. Yvan Martinez

    Exelente estudio muy completo para la enseñanza

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Jesika

Jesika

Redactor

Jesika Morillo, Sirve en el Ministerio de Alabanza de ILaCuesta, Casada con Emilio, Madre de una hermosa niña, Licenciada en Educación Integral (UNERG), MSc en Pedagogía (IPLAC). "Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos." Salmos 32:8

La niña perdida: ¿Dios siente dolor?

En esta ocasión, aprovecharé una paráfrasis de la analogía del texto de Ezequiel 16, para explicar si Dios puede sentir dolor y motivarnos a una vida que le agrade a Él y nos ayude a nosotros. Puedes ver este vídeo y/o leer el texto a continuación....

Share This