El comienzo del libro de Nehemías es muy interesante, en los cuatro primeros versículos podemos leer lo siguiente:
1 Estas son las palabras de Nehemías hijo de Jacalías:
En el mes de quisleu del año veinte, estando yo en la ciudadela de Susa, 2 llegó Jananí, uno de mis hermanos, junto con algunos hombres de Judá. Entonces les pregunté por el resto de los judíos que se habían librado del destierro, y por Jerusalén.
3 Ellos me respondieron: «Los que se libraron del destierro y se quedaron en la provincia están enfrentando una gran calamidad y humillación. La muralla de Jerusalén sigue derribada, con sus puertas consumidas por el fuego».
4 Al escuchar esto, me senté a llorar; hice duelo por algunos días, ayuné y oré al Dios del cielo.
De estos breves versículos podemos encontrar preguntas y verdades profundas que nos ayudan a enfrentarnos, de maneras distintas a quienes somos y cuál es nuestra situación:
- Este día, seguramente, era un día ordinario para Nehemías, se habría levantado como todos los días dispuesto a continuar con su rutina diaria, pero Nehemías tuvo que enfrentarse a un problema y tomar una decisión (como se puede ver en pocos versículos después) Su respuesta a Dios cambiaría su historia y la historia de los que le rodeaban. Y es cierto que Dios a veces utiliza eventos impresionantes para hacernos tomar una decisión, pero casi siempre son las decisiones del día a día las que nos hacen acercarnos o alejarnos de Dios, son esas decisiones las que nos hacen glorificarle o no, reflejarle a Él o no. Tenemos la oportunidad de obedecer a Dios en cada decisión que tomemos y eso siempre marcará nuestras vidas, como marcó la vida de Nehemías. ¿Cómo estoy respondiendo a Dios cada día de mi vida? ¿Busco la obediencia a Dios en cada decisión que tomo? ¿Minusvaloro lo que Dios puede hacer conmigo, para su gloria, en cada momento ordinario de mi vida?
- Este es el punto principal de estos cuatro versículos para nuestra aplicación; la primera cosa que hizo Nehemías al escuchar la noticia fue ayunar. Si recordamos un poco del antiguo testamento, el único momento donde era obligatorio ayunar para el pueblo de Israel era en el día de la expiación. Este día representaba la liberación de todos lo pecados y se caracterizaba, entre otras cosas porque el pueblo de Dios debía, literalmente, «afligir sus almas». Esta celebración insidia en la idea de que el pecado tiene consecuencias horribles, que destruye todo lo que toca y que nosotros, las personas, estamos hundidos en el pecado y que sólo Dios salva. Transmitía esta idea: «Me doy cuenta y reconozco el alcance y mortandad de mi pecado, Sufro por ello». Nehemías estaba sufriendo el alcance tan devastador del pecado del pueblo. ¿Nos afligimos nosotros por el pecado? ¿Sufrimos por ello y por sus consecuencias en nosotros y en los demás? ¿Cómo reaccionamos ante nuestro propio pecado y el pecado de los demás?
- Podemos ver en el libro de Nehemías que era copero del rey. Nehemías se encontraba en una posición privilegiada para influir, y aunque no lo toca directamente en estos versículos, si podemos ver como la noticia conllevó a una reacción que le llevó a aprovecharse de esa posición privilegiada en la que estaba para obedecer a Dios y glorificarle. En nuestra vida, realmente todos, nos encontramos en posiciones privilegiadas en algún sentido; Dios nos coloca, cada día, en lugares concretos donde podemos reflejar a Jesús. ¿En qué posición privilegiada te encuentras tú? Piensa detenidamente cómo puedes influenciar a tu prójimo, ¿Cómo puedes obedecer a Dios donde estás? ¿Lo estas obedeciendo? ¿Estás aprovechándote de esa posición?
- Por otro lado, y en último lugar, Nehemías tenía muchas razones para no involucrarse con lo que le estaba pasando a su pueblo, él era copero del rey, una posición de prestigio, con muchas comodidades y seguramente con un buen sueldo y una buena reputación en su entorno. Nehemías, sin embargo estuvo dispuesto a renunciar a toda la comodidad, a todo el bienestar y prestigio que le daba su posición como copero del rey. ¿Qué razones tienes tú para no involucrarte en lo que le ocurre a la iglesia? ¿Qué cosas te impiden llevar la teoría a la práctica? ¿Hay cosas a las que no puedas renunciar?
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