por | Ene 12, 2021 | Familia, Predicaciones | 0 Comentarios

Salmo 127 y 128. La Familia y el Hogar

Un carpintero entró a una obra donde están edificando una casa. Estaba buscando trabajo y entregó el curriculum al encargado. El encargado notó que el carpintero había sido despedido de cada trabajo que había empezado. El encargado, entonces, le preguntó sobre el asunto, sobre el hecho de que le habían despedido de cada trabajo que había empezado. El carpintero le dijo «es cierto, me han echado porque no les ha gustado mi trabajo» No sabía qué decirle, no podía sacar nada positivo de lo que había en su CV.

«Por lo menos sabes que he empezado muchos trabajos y nunca me he ido por mi cuenta«, le dijo el carpintero. Tiene mérito ¿no?, empezar muchos trabajos y que te echen de cada uno de ellos.

¿Dejarías la construcción de tu casa en manos de inexpertos?

La historia se trata de esto, de que no dejarías a cualquiera construir tu casa, no dejarías a un carpintero que hace basura, construir tu casa. No dejarías a alguien arreglar las tuberías de tu casa, si esa persona no sabe de fontanería. Para edificar una casa tienes que tener a un experto, tienes que escuchar a las personas que sepan de lo que hablan.

Dios es el mayor experto

Nosotros tenemos el privilegio de tener la biblia, hecha por el creador, por quien diseñó todo, incluso la casa y la familia. ¿Qué dice el diseñador de lo que es una familia y lo que es edificar un hogar que honra al Señor? 

Podemos aprender mucho de Salomón, de su sabiduría y de su experiencia. De su sabiduría sacamos lo que hizo bien, de su experiencia sacamos lo que no hizo tan bien. 

Salmo 127 y Salmo 128

Hay una pregunta que surge en el salmo. ¿Cómo puedes empezar y mantener una familia a lo largo de todas las crisis que pasa una familia y a través de todas las generaciones?

Las familias pasan por crisis y mantenerse honrando al señor en todas las generaciones es muy complicado. Estos dos salmos son pilares del edificio que queremos construir, los pilares se ayudan para mantener el edificio en pie. Estos dos salmos son como un marido y una mujer en una familia, dos pilares para que una casa no se caiga. Se trata de la familia, empieza con la construcción de la casa, la crianza de la familia, la maduración de la familia y la bendición de los nietos.

Ser padre no es fácil, es complicado en mucha ocasiones, son muchos los problemas, es difícil ver la espiritualidad en cada cosa que pasa en la vida de los padres. Desde lo más feo que pueda pensarse, como limpiar pañales o hacer tareas. Pero en todo eso también hay espiritualidad porque es el ejemplo de padre y madre construyendo una familia. Al pensar en estos dos salmos podemos asegurarnos de que estamos siguiendo los deseos del creador de la familia.

«Tener nietos es el regalo de Dios por no haber matado a tus hijos» (Denis Murphy)

Estos salmos cubren desde los cimientos del hogar hasta disfrutar de los nietos con los que Dios bendice.

  • Los cimientos 127.1-2
  • El crecimiento 127. 3-128.4
    • La niñez 127.3-5
    • La adolescencia 128.1-4
  • La recompensa 128.5-6

Los salmos tienen también un punto político y social, no sólo de la familia puramente. La pregunta que quiere responder es ¿cómo empezar y mantener un hogar a lo largo de las crisis que se presentan en la vida y finalmente ver la familia florecer en las futuras generaciones? La respuesta viene rápidamente, si Jehova no edificare la casa en vano trabajan los que la edifican.

  • Salmos 127.3-5
  • Salmos 128.1-4

Jesús edifica nuestro hogar

En los versículos 1 y 2 del Salmo 127, se repite la palabra Señor, y está palabra es YHWH, es el nombre personal de Dios, con el que se reveló a su pueblo. Se trata de Jehová que se revela a su pueblo y se revela en el nuevo testamento como Jesucristo que vino a morir en la cruz. Este salmo se trata de Jesús, Jesús tiene que ser la figura principal al comenzar un hogar. 

Jesús como el centro de nuestra familia

No sólo es una persona a la que invitas a comer los domingos, Jesús tiene que estar en el centro en tu vida, todos los días. Es una persona a la que le das acceso a cada parte de tu vida en todo momento, es el pilar principal, es el fundamento en el que edificamos nuestro hogar. Puedes tener muchas cosas, pero lo primero al edificar el hogar es que tu casa esté fundamentada sobre Jesús. ¿Cómo nos aseguramos de esto? 

  • Tenemos que orar con nuestros hijos.
  • Hay que leerles la Biblia desde que son pequeños.
  • Hay mostrarles que Jesús es el centro de la familia.

Hay que transmitirles a nuestros hijos quienes son y a quienes sirven. Jesús tiene que ser el centro práctico de la familia. Salomón lo que recomienda es que pongas a Jesús, que le invites a entrar, porque si Jesús no es el cimiento, entonces construimos en vano. Está diciendo madruga, trabaja, planea lo que quieras, pero pon a Jesús como figura principal. Satura tu casa con oración y con lectura de la palabra. 

Salmos 127.3-5. Los hijos.

Llegamos al crecimiento, que se divide en la niñez y la adolescencia. Cuando habla de hijos no habla sólo de varones, esto se debe a un factor de cultura, donde los hijos como varones eran importantes porque eran la pensión de los padres. Habla de hijos de forma genérica. 

Los hijos provocan una actitud negativa, porque cansa y a veces se nos olvida que son un regalo, son una recompensa. Los hijos son «flechas», que deben ser guiadas y lanzadas por un arquero, el arquero debe asegurarse que la flecha sea bien guiada. Estos hijos serán de bendición si son bien guiados. No puedes esperar hasta que vayan a los campamentos de verano, empieza en los brazos de un padre. La educación bíblica empieza en el hogar, la iglesia se compromete, pero no hagas a la iglesia responsable de tu responsabilidad. 

Pero puedes preguntar, yo hice todo esto y la flecha se ha apartado. Prov. 22. Instruye al niño en el camino correcto y aún en su vejez no lo abandonará. Entonces ¿Qué pasa? Cuando tu instruyes a tu hijo en el camino de Dios, esta instrucción nunca le abandonará, esa instrucción bíblica nunca le abandonará, él podrá abandonar el camino, pero. Siempre tendrá el conocimiento que tu le diste en su vida, porque así Le educaste. 

La adolescencia, v. 3-4

Los hijos son como vástagos de olivo. Cuando habla de la vid y de las uvas, representan la bendición, también representaba la permanencia. En el Antiguo Testamento hay muchos versículos que les dice al pueblo de Israel sobre no acomodarse en el desierto, y dice «no plantes la vid en el desierto» no te acomodes en el desierto, no pierdas de vista la tierra prometida. La vid representa la bendición y la permanencia. 

Habla de hijos como vástagos, como adolescentes que producen fruto, y ese fruto es de bendición a tu vida. El fruto es de permanencia porque has instalado en su vida algo que está siempre grabado en su mente.  Produce fruto, fruto para el Señor. 

La recompensa SALMOS 128.5

La bendición de la que habla David es ver a los nietos, y habla de una prosperidad nacional. La promesa a Israel era tener muchos hijos. Nuestra sociedad ha ido rompiendo la familia y al romper la familia, se rompe también la sociedad de esta manera. Porque nuestra sociedad se deshace de los hijos que no quiere. 

Cuando regresamos a la biblia para solucionar nuestros asuntos, para buscar consejos, el país cambia, la sociedad cambia. Pero como esto se ha dejado de lado, entonces nuestro país también sufre y nuestra sociedad también cambia. 

Tenemos una responsabilidad muy grande de cambiar nuestra forma de educar, tenemos una responsabilidad con nuestros hijos y esto afecta también a nuestro hogar, y a nuestra iglesia y esto podría cambiar nuestra sociedad, es también nuestra responsabilidad. 

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