¿Crees que solo algunas personas elegidas tienen que trabajar en la iglesia? ¿Acaso está escrito en la Biblia o en los estatutos de tu iglesia? No lo está. ¡Dios quiere que trabajes en su Iglesia!
Excusas
Muchas veces nosotros mismos creamos nuestros propios impedimentos con diferentes excusas: tengo que limpiar la casa, tengo que ir a la peluquería, tengo que acabar este libro, tengo que descansar, tengo que trabajar más, tengo que pasar tiempo con mi familia, etc. No digo que estas cosas no sean importantes, pero no debe ser lo más importante en nuestras vidas. Sé que puede sonar raro: «¿pasar tiempo con mi familia no es importante?» ¡Claro que lo es! Pero, ¿es más importante que pasar tiempo con Dios?
Normalmente no nos damos cuenta qué son excusas y qué no lo son. Vivimos tan al día, tan atareados, que vemos que las 24 horas que tiene el día no son suficientes para todo lo que tenemos hacer. No quiero decir que esté mal pensar esto, pero podemos meternos en tantos proyectos y tener tantas tareas que podemos perder de visión la meta verdadera: una relación con Dios.
Ídolos
No seremos realmente fieles a Dios hasta deshacernos de nuestros ídolos.
Muchas veces creamos prioridades (ídolos) que nublan lo que debería ser nuestra meta: una relación verdadera y eterna con Dios. Nuestro propio estilo de vida, el día a día en nuestro hogar con nuestra familia, los quehaceres suelen ocupar todo nuestro día. Y cuando paramos un momento, ya pensamos en lo siguiente que tenemos que hacer.
Por eso es importante identificar todo aquello que interfiere en nuestra relación con Dios. En mi caso, las series y descansar sin hacer nada son mi talón de Aquiles, cuando comienzo una serie muy intrigante me olvido de todo lo demás. Estas cosas son mis ídolos, son cosas que en teoría no son malas para nosotros, solo dependen de la importancia que les demos. Mi lucha es reducir ese tiempo y dedicárselo a Dios. Nadie está exento de tener ídolos en sus vidas, todos los tenemos, pero no podemos dejar que ocupen nuestro tiempo más que el Señor y su Iglesia.
¿Quién puede trabajar en la Iglesia?
Tú puedes trabajar en la Iglesia. No necesitas tener unas determinadas características. Todos somos «aptos» para servir a Dios, solo tienes que formar parte de su familia, de su Iglesia, y aceptar a Jesús como tu Salvador (convertirte en un discípulo de Él). En su Iglesia encontrarás a esa familia que no sabías que tenías y necesitabas, aquella familia con la que puedes conectar de una manera que no creías posible, conectar de forma espiritual con ella.
Hasta que no me integré realmente en mi iglesia e hice amigos en diferentes campamentos, conociendo a personas de mi edad, personas que pasaban por cosas parecidas a las mías y mantenían la confianza en Dios, no entendí el verdadero significado de la amistad. Al fin pude vivir la experiencia de conectar en un sentido más amplio con las personas, poder contar mis temores y secretos y que me aconsejaran o animaran a acudir a Dios. Poder tener amistades cristianas fue decisivo en fortalecer mi relación con Dios, y como consecuencia el querer trabajar para Él en su Iglesia.
Tu vida tiene un propósito
A lo largo de mi vida he comprendido que Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros, esto no significa que nuestra vida será un camino de rosas, pero sí significa que Él nos ampara siempre. Para Dios no soy una más, no eres una persona más, somos únicos e insustituibles. He podido ver cómo me ha guiado por cada una de las experiencias que he tenido, y aunque no sé a donde quiere que llegue, sé que lo que he hecho y lo que estoy haciendo, lo hago todo para honrarle a Él. Como se dijo en la predicación del domingo anterior: «Dios no busca personas capacitadas sino personas que se dejen capacitar». Tenemos que tener un corazón dispuesto para que nos guíe, que no significa esperar sentados hasta ver una señal clara, tenemos que levantarnos AHORA y comenzar a trabajar en su obra. No nos convirtamos en meras personas que ocupan bancos y abren la Biblia los domingos, seamos personas de acción y animemos a todas aquellas personas que aún no conocen a Dios.
Gracias hija por tus palabras sinceras. Dios te bendiga en tu labor y en todo, así como a tu pequeña familia. Ánimo a seguir a todos a luchar contra los ídolos y a trabajar para el Señor.