
En muchas ocasiones, en distintas culturas, religiones y contextos hemos escuchado hablar acerca del crecimiento espiritual. Pero este término parece ser adaptado de una manera persuasiva a nuestras ideas y cosmovisiones. Ahora bien, por su definición general el crecimiento espiritual es asociado a la obtención de aquello intangible que según la cosmovisión de la persona es llamado de manera diferente. Mas allá del nombre que le den a ese algo tan anhelado podemos estar de acuerdo, de que esa búsqueda constante parece ser importante en la vida de quien lo anhela, pero ¿Cuál es el verdadero crecimiento espiritual?.
Conoce y Crece
Muchos quieren sentir dicho crecimiento sin entender aun de que se trata, sin entender realmente que es. En muchas ocasiones he dicho que creer no es lo mismo que conocer, y esta no es la excepción ya que desde la cosmovisión bíblica se puede decir que el crecimiento espiritual es el proceso de santificación en el que nos volvemos cada vez más a imagen de Jesucristo. Por ello el conocerle y el confiar en Él no están separados; o tú confiarías en alguien sin conocerle.
Cuando creemos en Cristo y entregamos nuestra vida a su Señorío, el Espíritu Santo inicia un proceso para transformarnos, para moldearnos más a la imagen de Jesús. Muchos eruditos coinciden en que la mejor descripción de lo que es el crecimiento espiritual la conseguimos en 2 Pedro 1:3-8, donde se nos dice que mediante el poder de Dios todo se nos es dado para tener una vida piadosa, siendo este el objetivo del crecimiento espiritual.
“Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda.Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza divina. Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque estas cualidades, si abundan en ustedes, los harán crecer en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, y evitarán que sean inútiles e improductivos.” 2 Pedro 1:3-8
Solo a través de..
Lo que necesitamos viene mediante el conocer a Dios, por ello es necesario resaltar que solo es a través de Dios que podemos obtener lo que necesitamos para cubrir esa ausencia. Y ¿cómo podemos conocer más a Dios? Pues esto es posible mediante su revelación, su Palabra, la cual es dada para edificación y crecimiento de cada uno de los que entregan su vida a Jesús.
Que No es..
En la carta a la iglesia de Gálatas, el apóstol Pablo inspirado por el Espíritu Santo nos menciona dos grupos de cosas. En Gálatas 5:19-21 nos menciona las obras de la carne. Estas obras son en resumen todas aquellas cosas con las que nos podemos identificar en nuestra vida antes de confiar en Cristo para Salvación. En este mismo sentido las obras de la carne son las cosas que debemos confesar, arrepentirnos y con la ayuda de Dios, vencerlas. A medida que vamos creciendo espiritualmente, las obras de la carne serán cada vez menos y menos evidentes en nuestras vidas.
Que es..
Por otra parte encontramos el segundo Grupo en Gálatas 5:22-23 y es concerniente al fruto del Espíritu. Una vez entregada nuestra vida a Cristo es precisamente esto lo que debe definir nuestras vidas. El creyente puede fallar, puede equivocarse, pero si hay un verdadero crecimiento espiritual, al autoanalizarse en retrospectiva debería mejorar y su carácter estar más acorde con lo que Dios de manera integral quiere que seamos. Indudablemente el crecimiento espiritual va de la mano con la evidencia de los frutos del espíritu en nuestras vidas. No hablo de no equivocarse pero de lo que si hablo es de no practicar las obras de la carne, ni menos cambiar un pecado por otro. Se trata de sinceridad, de devoción, de compromiso, de amor a Dios, al prójimo, a la verdad y a nosotros mismos.
Búscalo..
Cuando empieza a ocurrir la transformación en nosotros mediante la salvación, dicho crecimiento avanza, pues como dice Juan 14:16-17 el Espíritu Santo empieza a obrar en nosotros. En 2 Corintios 5:17 dice que somos nuevas criaturas en Cristo, que nuestra antigua naturaleza es reemplazada por la nueva, la semejante a Cristo (Romanos capítulos 6-7). No debemos afanarnos, sino simplemente buscar de la fuente de todo conocimiento, de todo amor, de toda misericordia y de todo lo creado, visible e invisible; buscar de Dios. Pero para eso debemos abandonar lo que nos mantiene estancados y no nos permite acercarnos a su presencia, y solo es posible a través de un solo camino que es Jesucristo (Juan 14:6).
Avanza..
El crecimiento espiritual es un carrera de toda la vida que ocurre mientras estudiamos y aplicamos la Palabra de Dios (2 Timoteo 3:16-17), y andamos en el Espíritu (Gálatas 5:16-26). No es una carrera rápida, no es una carrera fácil pero si es una carrera segura porque la seguridad está en la Salvación dada por nuestro Señor, por gracia a través de la fe en Él (Efesios 2:8-10). Si quieres seguir creciendo espiritualmente es importante que desarrolles y ejercites esas disciplinas espirituales dentro de las cuales esta la oración, ya que mediante esta podemos pedir a Dios la sabiduría para crecer espiritualmente en las áreas que Él desea. Podemos pedirle ayuda para aumentar nuestra fe y conocimiento de Él, al mismo tiempo que le conocemos a través de su palabra.
Amigo, hermano, así como muchos deseamos crecer espiritualmente por los múltiples beneficios que esto nos trae, cuanto más Dios que nos amó tanto que dio a su único hijo para que muriera en una cruz para el perdón de nuestros pecados (Juan 3:16). Dios nos ha dado todas las herramientas que necesitamos para experimentar ese crecimiento espiritual. Pidamos al Señor que con la ayuda del Espíritu Santo, podamos vencer más y más el pecado, para seguir avanzando con pasos firmes y así llegar a parecernos cada vez más a nuestro Salvador, el Señor Jesucristo.
Dios Te bendiga!
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