Parece que la oración se ha convertido en una caja de emergencia de incendios que sólo se rompe cuando nos viene una crisis a nuestras vidas. La oración es para beneficiarnos cada día tal como respiramos, comemos, caminamos o hablamos.
La oración sigue siendo un recurso inexplorado, hay un tesoro incalculable que descubrir. La verdad es que hablamos mucho de la oración, en ilacuesta.com lo anunciamos y nos reunimos cada jueves a las 20:00, pero se práctica menos que cualquier otra cosa que hacemos como iglesia. Esto es verdad en tantísimos otros lugares del mundo.
Pablo fue alguien que entendió la oración y su poder por eso lo practicaba en su vida y tenía la expectativa que así fuera para cada cristiano. No podemos desarrollar una correcta relación con Dios si no oramos, de igual forma que no podríamos construir un buen matrimonio si no hablamos con el cónyuge. La comunicación es importante, no se puede quitar de las relaciones.
La biblia nos enseña que oremos con:
1. Persistencia. Pablo nos dice que oremos constantemente, que nos dediquemos a ello, que seamos sinceros. En varias ocasiones Pablo no lo da como un consejo, o una herramienta que deberíamos considerar sino que nos dice que persistamos como una orden dada por el Señor Jesucristo mismo. Esto lo vemos en Lucas 11, y 18. «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá,” esto se podría traducir también como “sigue pidiendo, sigue buscando, sigue llamando.” No nos rindamos, eso es lo que significa persistir.
A menudo nos damos cuenta que muchas personas se rinden rápidamente. Las razones que se dan son porque se han ido las ganas, no tienen el ánimo, no sienten que tengan que hacerlo. Y cuando experimentes estos sentimientos recuerda que no lo hacemos por cómo nos sentimos sino que respondemos en oración porque es un mandamiento de nuestro Señor Jesus.
George Muller dijo: “Satanás nos tienta a menudo para que abandonemos la lectura de la biblia, y la oración especialmente cuando el gozo se nos ha ido por las circunstancias. Nos mete en la mente que no vale para nada hacerlo, especialmente si no tienes un espíritu de oración. La verdad es que para seguir deleitándonos de la Palabra debemos seguir leyéndola, igual que para obtener un espíritu de oración hay que seguir orando. Cuanto menos leemos la biblia entonces menos deseamos leerla, y cuanto menos oramos entonces menos deseamos orar.” Persiste en la oración.
2. Pasión. Cuando somos persistente en algo el siguiente paso lógico es que te apasione. Pablo dijo que tenemos que estar vigilantes como centinelas, esto es opuesto a ser perezosos. Jesús fue el gran ejemplo de vivir apasionadamente por la oración, siempre estaba teniéndolo en cuenta.
S.D. Gordon dijo “que la oración en la vida de Jesús no sólo es que fuera un hábito sino que era su recurso en todas las emergencias que tuvo que enfrentar fueran leves o graves.»
Cada una de las decisiones de su vida fueron cubiertas por la oración. Además lo hacía con pasión porque era persistente con ella ante toda situación. Cuando Jesús llamó a sus discípulos (Lucas 6:12) para que le siguieran pasó toda la noche en oración, la oración apasionada da dirección. Esta oración no solo incluye el intelecto sino el corazón. Y así lo apunta Santiago 5:16 “…la oración eficaz del justo puede mucho.” Ora con pasión.
3. Gratitud. Esto es algo que Pablo no deja de mencionarlo en sus cartas. Efesios 5:20, Filipenses 4:6, 1 Tesalonicenses 5:18, Colosenses 3:17, 1 Timoteo 4:4. Cuando expresamos gratitud comunicamos que somos dependientes, que tenemos relación, que hay una actitud apropiada, y que somos humildes. Ora con Gratitud.
4. Intercesión. Cuando ores hazlo por otros. El fin de la intercesión es que las otras personas hagan la voluntad que Dios tiene para sus vidas. La vida de Jesús fue caracterizada por la intercesión. Vemos esto en Isaias 53:12, Lucas 22:23, Juan 14:15, Romanos 8:34, Hebreos 7:25. La vida de Jesús fue inundada de oraciones por otros. Ora intercediendo por otros.
5. Poder. Entendiendo el poder que hay. Pablo quería que el reino de Dios se extendiera por todo lugar. El no pedía que orasen por su situación concreta sino para que Dios le diera más oportunidades de guiar a otros a Cristo. Le preocupaban otros, sus almas y el proceso de la santificación en ellos. Y para que esto fuera así era porque estaba convencido del poder de Dios que actúa cuando le pedimos. Una vez más se alineaba a la voluntad de Dios y no simplemente en los deseos de alguien para vivir en este mundo.
¿Cuántas de nuestras oraciones están dirigidas a la extensión de Su reino eterno en lugar de la extensión de nuestros pequeños reinos? ¿Cuánto tiempo estás orando por tu familia, por tu salud, por la salud y bienestar de otros, comparado con cuánto tiempo estás orando por los perdidos que se dirigen al infierno?
Lo maravilloso de nuestro Dios es que quiere enseñarnos una y otra vez que la intercesión funciona. Ora entendiendo el poder que hay.
Algunas cosas prácticas que ocurren cuando oramos por otros:
1. Nos hacemos sensibles a las cargas de otros. Y a medida que oramos nos damos cuenta cómo Dios podría responder a esa oración, cómo nos podríamos involucrar. Esto último no lo habíamos previsto hasta que comenzamos a orar.
2. Nos capacita en la espera. La oración requiere que siempre esperemos a Dios. A menudo, nos frustramos porque Dios no dice Si o No sino espera, y esto nos obliga a estar en el horario de Dios y no el nuestro.
3. Abre nuestros ojos espirituales. Nos permite entrar en contacto con lo que Dios está haciendo y como lo está haciendo. Esto ocurre porque la oración es comunicación.
4. Alinea nuestro corazón con el corazón de Dios. Coloca nuestros pensamientos, emociones, y acciones con su voluntad.
5. Permite que avancemos. La oración compromete a Dios en respondernos, nos capacita, y extiende su reino. Jesús dijo que sin él nada podemos hacer. Después de orar podemos decir que podemos hacer cualquier cosa a la que Él nos llame, pero si no lo hacemos entonces no podemos hacer nada.
Responde a estas preguntas ahora:
¿Cómo es tu vida de oración? ¿Eres persistente en la oración? ¿Son tus oraciones apasionadas o son superficiales? ¿Están llenas de pasión o son con falta de fe? ¿ Eres agradecido? ¿Cuánto tiempo has pasado dando gracias a Dios por todo lo que Él ha hecho por ti? ¿Y por quién estás orando en estos días? ¿Hay alguien en tu vida por el que estés orando para que se salve? ¿Hay una carga en tu corazón para ver que el reino de Dios se extienda, para que su voluntad sea hecha?
Oportunidad para orar juntos esta semana: Miércoles 10:00 [Mujeres], y Jueves 20:00 [Todos]
*Se ha usado en este escrito citas y fuentes provenientes de los siguientes autores: George Muller, S.D. Gordon, Dr. Calvin Wittman, y F.B. Meyer.
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